Tormenta, status actual y un amor de verano.

Ya se que nadie me preguntó sobre como me siento cuando estoy en el ojo de la tormenta, pero hay algo que me hizo notar que tanto esperar a la tormenta como estar en ella tiene mucho mas parecido de lo que pensaba. Sea como sea estamos absortos en una especie de nube de pensamientos o nube física, como sea, hay calma y una terrible violencia interna. No soy de las personas que disfrutan los rayos y truenos, pero el miedo que provocan me hace sentir viva. Que aunque llueva, tengo un techo y tanto como si me escondo o salgo a enfrentarlo va a estar bien. Porque hay lluvias que te mojan y otras que directamente te empapan. Hay algo en esa tranquilidad previa que siempre me puso nerviosa, pero a la vez es como si estuviera mas clara, mas en dominio de mis expresiones de mis caras de mis movimientos y palabras.

Hoy estoy de alguna manera algo gastada, esperando renacer en cualquier momento y sacudirme esas gotas de encima ¿Cómo es que siendo tan chica estoy cansada? Pero no, estoy mintiendo por que de repente me enchufo y los que me conocen saben que cuando estoy contenta no hay quien me pare. Funciono a pila pareciera. El violín tiene algo muy característico te desalienta como un hijo de puta y a la vez te emociona como nada en el mundo. Pasas de la euforia a la depresión en cosa de días. Pero como le dije a un amigo tengo esta idea de que para ser feliz hay que pasar por tristeza también, por esfuerzo y dolor, y que mejor ejemplo que mi amigo de madera con cuerdas. Pero les digo un secreto, no hay nada que se compare a esos pocos momentos donde disfruto con el violín.

Creo que lo que le falta a mi vida en este momento es mirar un poco al otro y querer complacer, escuchar, alegrar y consolar al que esta enfrente mío, lo que sea. Me di cuenta que hace un tiempo ya que cuando hago el amor no miro al otro, por que no estuve amando últimamente. Y eso es lo que pasa, esa es la conexión que me falta. No se mirar al otro, es como si tuviera que re aprender todo de nuevo. Lo que una vez me fue tan natural ahora no lo conozco y lo que antes no me salía en mi vida profesional por ejemplo, ahora esta por el buen camino.

Ese último tiempo estuve hablando con un amigo que me libera, supongo que esta bueno hablar las cosas cada tanto en su totalidad jaja. Yo siempre fui un libro abierto, pero cuando empece a hablar con él me di cuenta que había un montón de cosas que en este año había dejado de decir incluso de pensar ¿Cómo puede ser que me olvide de lo que pienso? Será por eso que a veces los nenes chiquitos les hacen recordar cosas a los padres sobre humanidad. Bueno si, lo se, el de recién fue un pensamiento totalmente al azar.

Esto me hizo acordar a cuando era mas pequeña y chateaba con mis “amores” por internet, recuerdo haber estado un año enamorada de un chico que vivía en Baradero. Fernando se llamaba, no se de que hablábamos, pero lo hacíamos por horas y cuando llego el momento de encontrarnos en uno de mis viajes hacia allá, arreglamos tal hora en el centro. A todo esto yo le pregunté muy contrariada “pero, a que lugar del centro? decíme una calle!” que iba a saber yo que en el centro de Baradero me lo iba a cruzar no una, sino tres veces antes de la hora y el lugar acordados. Fue una súper cita de esas donde te regalan un collar, hay baile, hay noche, caminatas y saltos ¿Vale aclarar que no sabía besar en esa época? Tenía 14 añitos y aprendía a besar ahí, de hecho sigo mordiendo los labios como él hacía con migo. Me acuerdo haber estado muy concentrada en él muy enamorada. Todos hemos tenido un amor de verano, este fue él mío. Sin contar que de ahí surgió mi gusto por las galletitas pepitos.

Divague mucho hoy, pero me gusta hablar como digo siempre.