Parte de Timeo o de la Naturaleza.
Los dioses encerraron los dos círculos divinos del alma en un cuerpo esférico que habían moldeado según la imagen de la forma redonda del universo y que es lo que denominamos la cabeza, nuestra parte más divina, y que manda a todas las otras. Los dioses sometieron a ella el cuerpo entero, del que hicieron un servidor sabiendo que ella participaría de todos sus movimientos en sentido diverso, y temerosos de que si rodaba sobre tierra erizada de eminencia y sembrada de cavidades, no experimentara dificultades para trasponer las primeras y salir de las últimas, le asignaron el cuerpo, como un carro, para trasportarlo. Por eso tube el cuerpo longitud y estuvo provisto de cuatro miembros largos y flexibles que los dioses fabricaron para que pudiesen atraer y rechazar los objetos y avanzar en todas partes llevando en lo más alto la morada de lo más divino y sagrado que hay en nosotros. Éste es el motivo de que tengamo spies y manos.
Diálogos de Platón. Timeo o de la Natureleza.
Diálogos de Platón. Timeo o de la Natureleza.
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