Hoy fue él Día.
Estaba no un poco nerviosa, nerviosísima!Me bañé, arreglé el flequillo, comí y me fui a tomar el colectivo para la audición. Desde los trece años que no paso por algo como esto, tocar frente a alguien iba a ser el paso decisivo en el cual me iba a dar cuenta si realmente era lo mío o no. Y por que digo esto? porque quería ver que sentía en el momento de estar expuesto. Lo que tocaste suena y al segundo no está, no lo podes arreglar simplemente hay una chance para ese sonido, solo existe en ese momento y después ya está se fue, otro lo remplaza o mismo el silencio.
Llegué extremadamente temprano y tuve que dar vueltas por hora y media. Cuando abrieron todos nos pusimos a calentar los dedos; demasiados violines habían, lo cual no contribuyó a mis crecientes nervios. Pasó una hora y media aproximadamente y nos llamaron a todos a entrar al auditorio. No quería escuchar tocar a los otros, así no me hacia ideas y tocaba tranquila cual caballito con ojos tapados. Dijeron los siguientes tres nombres "tal, Lucila Tetelbaum y tal, están todos?". Subió la chica que venía antes de mí, la vi acomodar el atril y empezó. Me entró mucho calor y llegué a un punto donde de tan nerviosa que estaba quedé inmóvil ( no sin antes haber sacado al violín del estuche).
- Lucila?
- Si, voy para allá.
La campera se desprendió de mi cuerpo junto con el pañuelo; agarré mi instrumento, la partitura y subí al escenario. En esas escaleras deje todo atrás, los nervios las expectativas, todo y pensé "esta es mi oportunidad de tocar el concierto en vivo, frente a gente que me va a escuchar, ahora puedo ver como funciono en uno de los momentos para los que estudié hasta ahora." y sentí verdadera emoción, alegría e incertidumbre de como iba a sonar.
Cuando estás ahí arriba se ve todo borroso detrás y en medio de esa nebulosa uno se mueve como si estuviera solo en el mundo; subí la altura del atril, puse la parte y empecé a afinar. Mi maestro dice que cuando algo es difícil no tenemos que correr para sacarnoslo de encima, sino que hay que darle más lugar y sonido. El tiempo fue más lento o es que mi cabeza iba más rápido, no lo se, pero pude pensarlo todo, estar por encima de las cosas, no por debajo. Lo que estudié una y otra vez, lo hice, no pasé cosas por alto y toqué como sonaba cuando lo hacia en casa, fue una sensación hermosa. Salí mas que feliz de ahí, si bien no me enteré si quede adentro o no. Supongo que no importa por que tuve ese momento en que hice música y me sentí feliz.
Hoy viví la razón por la cual decidí ser violinista.
Llegué extremadamente temprano y tuve que dar vueltas por hora y media. Cuando abrieron todos nos pusimos a calentar los dedos; demasiados violines habían, lo cual no contribuyó a mis crecientes nervios. Pasó una hora y media aproximadamente y nos llamaron a todos a entrar al auditorio. No quería escuchar tocar a los otros, así no me hacia ideas y tocaba tranquila cual caballito con ojos tapados. Dijeron los siguientes tres nombres "tal, Lucila Tetelbaum y tal, están todos?". Subió la chica que venía antes de mí, la vi acomodar el atril y empezó. Me entró mucho calor y llegué a un punto donde de tan nerviosa que estaba quedé inmóvil ( no sin antes haber sacado al violín del estuche).
- Lucila?
- Si, voy para allá.
La campera se desprendió de mi cuerpo junto con el pañuelo; agarré mi instrumento, la partitura y subí al escenario. En esas escaleras deje todo atrás, los nervios las expectativas, todo y pensé "esta es mi oportunidad de tocar el concierto en vivo, frente a gente que me va a escuchar, ahora puedo ver como funciono en uno de los momentos para los que estudié hasta ahora." y sentí verdadera emoción, alegría e incertidumbre de como iba a sonar.
Cuando estás ahí arriba se ve todo borroso detrás y en medio de esa nebulosa uno se mueve como si estuviera solo en el mundo; subí la altura del atril, puse la parte y empecé a afinar. Mi maestro dice que cuando algo es difícil no tenemos que correr para sacarnoslo de encima, sino que hay que darle más lugar y sonido. El tiempo fue más lento o es que mi cabeza iba más rápido, no lo se, pero pude pensarlo todo, estar por encima de las cosas, no por debajo. Lo que estudié una y otra vez, lo hice, no pasé cosas por alto y toqué como sonaba cuando lo hacia en casa, fue una sensación hermosa. Salí mas que feliz de ahí, si bien no me enteré si quede adentro o no. Supongo que no importa por que tuve ese momento en que hice música y me sentí feliz.
Hoy viví la razón por la cual decidí ser violinista.
Hermoso :)
ResponderEliminar¡Qué lindo!. Pienso que, en cierto modo, necesitamos de estas experiencias para poder fortalecernos y si bien hacen que nos caguemos en las patas en el momento, en un futuro es algo completamente positivo. Me alegro de que lo hayas podido hacer, querría saber si quedaste o no!!
ResponderEliminar