Música.
Nadie me habló del remolino, de esa fuerza que te genera una presión en el pecho, de ese mareo casi extasis.
Nunca nadie me explicó lo que era escuchar.
Lo que siempre amé de la música clásica o contemporanea es esa dificultad que tengo para acompañar los sonidos de imágenes. Esta música no me apela a recuedos, deseos o projectos, me deja ahí en ese lugar donde no hay tiempo lineal, todo ocurre al mismo momento y no te preocupás por tu pasado o futuro.
Sos un simple mortal en medio de algo hermoso, inexplicable, a lo cual no podes aferrarte, por que se te escapa del cuerpo, de la mente, literalmente se lo lleva el viento y deja de existir.
Me pregunto si el mundo visto de afuera, de muy lejos se siente como la música ¿Seremos sonídos que se desvanecen en la nada? Si fuera solo un instante de esta melodía, estaría satisfecha.
Nunca nadie me explicó lo que era escuchar.
Lo que siempre amé de la música clásica o contemporanea es esa dificultad que tengo para acompañar los sonidos de imágenes. Esta música no me apela a recuedos, deseos o projectos, me deja ahí en ese lugar donde no hay tiempo lineal, todo ocurre al mismo momento y no te preocupás por tu pasado o futuro.
Sos un simple mortal en medio de algo hermoso, inexplicable, a lo cual no podes aferrarte, por que se te escapa del cuerpo, de la mente, literalmente se lo lleva el viento y deja de existir.
Me pregunto si el mundo visto de afuera, de muy lejos se siente como la música ¿Seremos sonídos que se desvanecen en la nada? Si fuera solo un instante de esta melodía, estaría satisfecha.
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