Sueños que no concuerdan con los sujetos.
Hay una diferencia entre nosotros, yo sueño y vos no.Bueno, debes soñar, solo que no lo mismo que yo.
Tardes con el sol colandose por la ventana acostados en la cama, vos con un bóxer gris, yo con una musculosa gigante que no me cubre nada.
Mates, incontables mates, cebados por los dos, porque ambos queremos servirle al otro y ver quién dice gracias primero.
Noches bailando con el velador prendido (pretendiendo hacer ambiente) ¿Bailas jazz sabías? te encanta.
Y después el colchón, ese maltratado de la canción. El piso, la mesa, la silla, el balcón algún día de verano, haciendonos los valientes.
Vos diciendome que no me bancas, pero que sonrío y tampoco te bancas el no darme besos.
Parque, pasto y la perrita por ahí dando vueltas, vos diciéndome -dejala suelta sobreprotectora!- y yo comiendome las uñas mirando a donde va y si no se aleja mucho.
Tus rulos, siempre tuviste rulos y ojos verdes en mi imaginación, no se por que.
Me acuerdo de los primeros rulos a los que les hice caricias con los dedos, los primeros ojos que me comí con la mirada. Tenía unos catorce años, estábamos tirados en la cama y éramos muy chicos. Verde agua eran, grandes y con muchas pestañas. Siempre encuentro algún ojo verde en particular para perderme, aunque ahora que lo pienso, no se si son los momentos o las personas. Hay algo especial cuando me miran, esas personas que sintieron algo, es diferente.
Te decía que vos soñas y yo no, o que no soñamos lo mismo.
Pasar las tardes acostados escuchando música, hablando de nada en particular, capaz mirar una película y besarnos apasionadamente.
Cocinando, jugando a la música, o matandonos a cosquillas.
Vos preocupado y yo también. No vivimos solos pero tampoco hay apuro, yo se que quiero vivir sola sola antes de mudarme con alguien, y a vos te parece bien. Pero no soñamos lo mismo.
Y vos andas solo por ahí o con nadie en especial para acompañarte, y yo, lo mismo. Por que no coordinamos ni yo con vos ni él con migo. Queremos a diferentes personas, o a nadie en particular.
Y así vamos sin pegarle ni él ni yo.
Hay un momento a la mañana cuando me despierto y te veo, tenés los labios un poco hinchados, rojos y los cachetes colorados, das mucho calor, tenés una cara de dormido... y yo te miro, te doy un beso en ese lugar perfecto que esta entre tu mejilla, tu ojo y la nariz. Agarro tu brazo grandote, pesado y me envuelvo, quedamos en cucharita.
El día que vuelva a sentir algo así, es que los dos soñamos juntos lo mismo.
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